lunes, 1 de noviembre de 2010

¿Por qué los sauditas quieren adquirir los símbolos del "art de vivre" occidental?

(Publicado en este blog el 14 de septiembre de 2009.)
En Paris, ya poseen el hotel George V (propiedad del prìncipe saudita Al Waleed), el hotel Ritz, el Meurice, el Plaza Athénée, el Royal Monceau. Son los sìmbolos del "gran lujo" francés, insignias culturales, a fin de cuentas.
Les falta el Hotel Crillon, en la plaza de la Concorde, construido por Louis XV, adquirido luego por el conde de Crillon, comprado màs tarde por la familia Taittinger (del champagne), lleno de historia, un lugar ùnico en el mundo.
Todavìa es propiedad del norteamericano Barry Sternlich, quien hace algunos meses comenzò negociaciones con el saudita, cheikh Mohammed ben Issa al-Jaber para la posible compra por éste. El cheikh también intenta comprar dos hoteles "Concorde" en Paris, el Lutetia y el Hotel del Louvre, el Martinez en Cannes, el Massalia en Marsella, el del Mediterràneo en Niza.
Pero Sternlich no quiere ahora oìr hablar de la clàusula de exclusividad de compra del Crillon pretendida por el saudita. Desea liberarse de la misma.
Y es la pugna tenaz entre ambos hombres. Entre el atlético "yankee" y el gordo cheikh, quien posee aùn otros hoteles en Paris: el de Vigny, el Balzac, el de la Trémoille. En Viena, otro mìtico: el Grand Hotel.
Desde luego, hay una notoria diferencia entre tumbar con aviones convertidos en misiles sìmbolos de Occidente como las Torres Gemelas de New York por parte del saudita Osama bin Laden, y comprar otros sìmbolos occidentales como los hoteles de lujo, frecuentemente llamados "palaces" en francés.
Ya sabemos que "poderoso caballero es don Petròleo", pero: por qué esta obsesiòn con algo de lo màs representativo de la cultura occidental desde el punto de vista del "art de vivre" y hasta otro arte en sì? Porque ellos no lo han producido?
Mohammed al Fayed, propietario del Ritz de Paris, lo es también del gran almacén Harrod's en Londres.
Cierto, una parte bastante considerable de la clientela de esos hoteles de lujo son los ricos petroleros.
Serà por eso que los quieren adquirir?
Mientras la lucha prosigue entre el americano y el saudì por el Hotel Crillon, el chef Jean-François Piège del restaurant "étoilé" del mismo, Les Ambassadeurs, ha renunciado, y tal templo gastronòmico està cerrado por el momento. La direcciòn del hotel busca a otro gran chef.
Naturalmente, cuando hay tales entuertos e incertidumbre, es lògico que se renuncie.
Pero, y qué si el chef se temiò que el posible nuevo propietario musulmàn del hotel le pudiera prohibir que cocine con alcohol (una de las bases de la cuisine francesa, y el fundamento del sabor), incluso si éste se suele evaporar?

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